28 mayo 2013

Radiografías de una explosión, novedad de Modernito Books

La nueva editorial Modernito Books nos hace llegar la siguiente nota de prensa:


RADIOGRAFÍAS DE UNA EXPLOSIÓN. Doce aproximaciones concéntricas a Watchmen
Jorge Carrión, Javier Calvo, Gerardo Vilches, Javier Fernández, Manuel Barrero, Óscar García, Antonio Sánchez, Juan J. Vargas-Iglesias, Elisa McCausland, Erea Fernández Folgueiras, José Manuel Trabado, Fernando Ángel Moreno.
Ilustraciones y cubierta: Judit Canela Grau
Ed. Modernito Books
ISBN 9788493950262
304 páginas, rústica con solapas, 14 x 21 cm PVP 16,50 euros
En librerías a partir del 31 de Mayo
www.modernitobooks.com
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¿Está ya todo dicho sobre Watchmen? A quienes lo crean así y disfruten dejándose sorprender les recomendamos la lectura de esta colección de ensayos. A aquellos que piensen lo contrario y les reconforte ver sus opiniones reafirmadas les recomendamos la lectura de esta colección de ensayos. A los que no se sientan identificados con ninguno de los supuestos anteriores les recomendamos la lectura de esta colección de ensayos.

A todos los lectores (consumados o potenciales) de Watchmen les recomendamos acercarse a este libro
cuya intención es la de actuar como amplificador. Establecer una conexión con el cómic de Alan Moore y Dave Gibbons que cerrando un bucle con él potencie la realimentación entre ambas obras. Enriquecer su lectura y sus relecturas aportando nuevas visiones, obtenidas al observarla desde lugares poco frecuentados, que permitan expandir el fenómeno Watchmen todavía un poco más. Probar hasta qué punto puede llegar a dar de sí o si puede resultar infinitamente elástica en su capacidad de aceptar nuevas interpretaciones. Someter su inmortalidad a un Beta test absolutamente innecesario pero tremendamente productivo.

Los doce ensayos que componen este libro se aproximan a Watchmen desde las teorías del caos y la conspiración, el psicoanálisis lacaniano, la teoría cultural del simulacro, su consideración como novelagráfica o la perspectiva de género entre otros enfoques, distinguiéndose en cada uno de ellos una mirada propia y una voz distinta que juntas edifican un laberinto de espejos en cuyo centro situar la obra  de Moore y Gibbons.

Algunas citas de Radiografías de una explosión:

Doce ensayos, doce muestras de admiración hacia una de las obras clave de la historia reciente del cómic. Un laberinto de espejos dedicado a otro laberinto de espejos. Situándolos frente a frente, quién
sabe, quizá podrían abrir un pasadizo infinito. Leedlos y leed Watchmen. Leed Watchmen y leedlos. Leedlos y releed Watchmen… / Óscar García, Introducción

Si Borges crea una biblioteca virtualmente infinita; si Godard trabaja en una red de citas y desvíos entre
la literatura y el cine; si Morrison disecciona el papelverso a través de la psicodelia, Moore crea una suerte de Wikipedia que, me atrevería a decir, es aún más compleja que la de esos otros artistas. Es difícil encontrar autores tan complejos como Moore. ¿Joyce? ¿Karl Kraus? ¿Ramon Llull? / Jorge Carrión

La definición de Daryl Coats nos da la mejor muestra de hasta qué punto la crítica e incluso los ámbitos académicos estaban perdidos frente al fenómeno: «Es una novela contada con la ayuda de imágenes». Cualquier cosa antes de reconocer, sencillamente, que era un cómic, porque «no podía» serlo, porque, para esos críticos o expertos en literatura, el cómic era, en 1986, un medio infantil sin valor artístico, y ese axioma no se puso en tela de juicio ni siquiera ante la lectura de Watchmen. El trabajo de Moore era excepcional a pesar de ser un tebeo, pero el de Gibbons y Higgins no importaba porque sus dibujos eran la parte de la obra que recordaba esa incómoda adscripción a la historieta que los reseñistas tuvieron que obviar. Para ellos, no era exactamente un cómic porque no se parecía a su idea de los cómics, y su densidad y complejidad les resultaba «literaria». / Gerardo Vilches

Max Weber, considerado, junto con Durkheim, uno de los fundadores de la sociología contemporánea, decía que el Estado es aquella organización institucional que posee «el monopolio de la coacción física legítima». El adjetivo «legítima» hace referencia implícitamente a la división de poderes. Cuando la división no es clara y parece atender a los intereses de un poder o sugiere que uno elige en el ámbito de otro, la coacción se vuelve ilegítima. La política puede acabar así consistiendo en ocultar al pueblo las violaciones que ella misma comete. Ejemplo de este tipo de actuación sería que un gobierno tolere a la policía ocultar sus placas de identificación en actos multitudinarios, impidiendo así señalar culpables entre ellos si violan la ley. Lo que la gente denuncia cuando pone en tela de juicio la ocultación de la identidad de un policía es la malversación de esa definición hecha por Max Weber de «coacción legítima». En el fondo, lo que hace el Estado al enmascarar la identidad policial es convertir al policía en justiciero enmascarado./ Antonio Sánchez

si el cielo no era cosa de dios ni el infierno del diablo, entonces watchmen no es una historia de superhéroes. el superhéroe no importa y sí el hombre común, alan moore vio esto con claridad. los vigilantes no son un modelo para el hombre, sino más bien la consecuencia de un hombre devastado. / Erea Fernández Folgueiras

Watchmen es un cómic que habla de la imposibilidad del amor en los tiempos del capital –pues amar
implica el proyecto de destruir esta sociedad–. Pensemos en el capitalismo como en una promesa; el deseo enfocado en encontrar algo parecido al paraíso. Una imagen que vaya más allá de un sistema que todo lo pervierte. Adrian Veidt/Ozymandias lo sabe: el poder está en la fascinación, en la promesa de un futuro más brillante y en el recuerdo de un pasado luminoso que te hace apartar la mirada del presente. / Elisa McCausland


Los autores estarán firmando en la Feria del Libro de Madrid, el día 8 de Junio a las 19.00 en la caseta de Panta Rhei y el día 13 de Junio a las 19.30 en la caseta de Generación X.

25 mayo 2013

Tierra-2 1 (James Robinson y Nicola Scott, ECC Ediciones)


Desde que los descubriera en las páginas de la serie Infinity Inc. durante mi más tierna infancia, siempre me he considerado un fan fatal de la Sociedad de la Justicia de América, el considerado primer supergrupo de la historia de los cómics de superhéroes.
Un grupo con tanta historia a sus espaldas siempre ha devenido en un gran problema para DC, que quizá no supo tratar a estos personajes como realmente se merecían durante varias cabeceras que no consiguieron triunfar en demasía, y la serie y los personajes fueron dando tumbos por el Universo DC sin pena ni gloria. Pero todo esto cambió con la nueva versión que, a finales de los noventa y principios de los dosmiles, nos mostraron James Robinson y un joven Geoff Johns en uno de sus primeros trabajos en el mundo del cómic.
El guionista James Robinson siempre ha sido un enamorado del grupo, como ha demostrado en varias obras a lo largo de su carrera, y en DC no dudaron ni un momento en confiarle el relanzamiento de esta nueva encarnación del supergrupo en los Nuevos 52.
Esta nueva versión del grupo rompe con todo lo establecido anteriormente, y obviando toda la historia previa de los personajes, nos presenta una nueva tierra denominada Tierra 2, que arranca desde cero tomando como nuevo punto de partida la aparición de una segunda oleada de héroes, inspirados por el sacrificio de la primera generación de héroes, formada por Superman, Batman y Wonder Woman, que dramáticamente darían sus vidas por salvar al planeta evitando la invasión alienigena proveniente del planeta Apokolips.
Así veremos a nuevas versiones, mucho más jóvenes y con nuevos uniformes, de héroes ya conocidos como Flash, Green Lantern, Hawkgirl o Átomo que deberán unirse a pesar de sus diferencias para hacer frente a un enemigo común. De este modo Robinson da vida a una especie de no-grupo, al estilo de los Defensores marvelianos y, sin muchos alardes y siguiendo a rajatabla el manual de cómo escribir historias de supergrupos con varios personajes interactuando, nos presenta una entretenida lectura con sabor a tebeo de superhéroes de los de toda la vida.
La dibujante australiana Nicola Scott, a la que el aficionado curtido en el Universo DC conocerá por la serie Secret Six, quizá su trabajo más conocido, sin renunciar en ningún momento a la narración más clásica, nos da muestras de la espectacularidad de su arte en las páginas de esta serie. Podríamos decir que Scott no brilla en exceso, pero cumple sobradamente ilustrando los dinámicos guiones de Robinson.
El tomo publicado por ECC Ediciones contiene los primeros cuatro números de la serie americana, incluyendo las portadas originales y un artículo introductorio firmado por Fran San Rafael.
Tierra 2 es por tanto un tebeo de lo más recomendable para aquellos lectores que busquen en esta nueva serie el regustillo de aquellas lecturas superheróicas con las que disfrutaron de niños.

Podéis comprar este cómic en la web Comicalia.

Tierra-2 1
James Robinson y Nicola Scott
Rústica. 96 páginas. Color. 8,95 €. ECC Ediciones

24 mayo 2013

Capitán América: La verdad


Capitán América: La verdad

Robert Morales y Kyle Baker
Rústica. 160 páginas. Color. 10,95 €. Planeta DeAgostini


Debido al reciente fallecimiento de Robert Morales, decidí recuperar este tomo de la estantería, donde se encontraba almacenado a la espera de que encontrara el momento oportuno para dedicarle algo de tiempo para su lectura. Sí, sé que se publicó en 2004, pero si sois coleccionistas de cómics, sabréis que lo de la famosa "pila de lectura" no es cosa baladí. Lamentablemente el momento elegido para leer este Capitán América: La verdad ha tenido que coincidir con el triste suceso antes mencionado, lo que es una verdadera lástima.
Robert Morales era un guionista con una producción escasa, o al menos desconocida para servidor.
La búsqueda de más información por la red sobre algún otro trabajo suyo como guionista de cómics ha resultado infructuosa, así que nos quedaremos con que este guión fue su único trabajo para Marvel.
Uno de los alicientes que hizo que me acercara a este tomo fue su dibujante: el gran Kyle Baker. Un autor que nunca ha sido un hot artist, pero al que tengo en gran estima, ya que sus obras, sobre todo las escritas por él, me han proporcionado siempre grandes dosis de diversión.
Dibujante con un estilo quizá demasiado cartoon para los estándares de DC y Marvel, ha sabido encontrar su lugar en la industria y se defiende igual de bien en una serie humorística como puede ser su proyecto personal The Bradleys, como ilustrando series mainstream como Deadpool Max o este Capitán América: La verdad, que ahora nos ocupa.
En un ejercicio de retrocontinuidad, algo a lo que Marvel nos tiene bastante acostumbrados en los últimos tiempos, Morales nos presenta en esta historia a Isaiah Bradley, el primer Capitán América del Universo Marvel, que tuvo la particularidad de ser de origen afroamericano.
En este cómic Morales aprovecha para realizar una crítica contra el ejército norteamericano en tiempos de guerra y nos muestra como antes de que Steve Rogers recibiera su suero de supersoldado, este mismo suero fue suministrado a un grupo de reclutas negros, que el gobierno norteamericano utilizó como cobayas humanas en sus experimentos por encontrar al soldado definitivo. Morales nos presenta así ciertas similitudes con los experimentos que los nazis realizaron con los prisioneros judíos en los campos de exterminio.
Este Capitán América: La verdad es una historia de lo más interesante, con bastantes lecturas, y que en su día suscitó bastante polémica en los Estados Unidos por los temas que Morales se atrevió a tratar y que podían considerarse como tabúes en la sociedad americana.
Como tengo debilidad por el dibujo de Kyle Baker, todo lo que hace me parece una jodida maravilla, así que aún sin currarse mucho el dibujo en esta obra, que parece descuidado y apresurado, prácticamente parecen bocetos y además los fondos brillan por su ausencia. No obstante el trabajo de Baker me parece lo bastante interesante como para darle una oportunidad, aunque su estilo de dibujo a lo cartoon quizá pueda echar para atrás a más de uno, pero como narrador, y siempre bajo mi punto de vista, su trabajo me parece excepcional.
La historia se encuadra además en la continuidad oficial del Universo Marvel, por lo que años más tarde los aficionados verían aparecer en las páginas de los Jóvenes Vengadores a un personaje llamado Patriota, un misterioso joven de color vestido con un uniforme parecido al de Bucky Barnes, que resultó ser Elijah "Eli" Bradley, nieto de Isaiah Bradley, el primer Capitán América.

23 mayo 2013

Regreso al mar


Regreso al mar

Satoshi Kon
Cartoné. 224 páginas. B/N. 14,95 €. Planeta DeAgostini


Han tenido que pasar casi veinte años para que una nueva generación de lectores pueda descubrir esta magnífica obra de Satoshi Kon que afortunadamente acaba de ser reeditada por Planeta en una nueva edición en tapa dura. Su primera edición data del año 1994 y durante todos estos años fue prácticamente imposible encontrar un ejemplar de la primera edición de Regreso al mar y si se encontraba solía ser a unos precios prohibitivos, por tanto es de alabar la decisión que ha tomado Planeta de recuperar esta obra, quizás la más representativa de su autor, el mangaka y director Satoshi Kon fallecido en 2010, para inaugurar con ella su nueva colección Babel, en la que se publicarán "novelas gráficas" de procedencia internacional.
Regreso al mar nos cuenta la historia del joven Yosuke, que siguiendo una tradición familiar, tomará el relevo de su abuelo como encargado de proteger un huevo de sirena que ha permanecido bajo la custodia de la familia de Yosuke durante varias generaciones. Según cuenta la leyenda, el huevo de sirena proveerá de un mar en calma y de pesca abundante a los pescadores del pequeño pueblo costero de Amite, hasta que se cumpla un plazo de tiempo de sesenta años, y pasado dicho plazo el huevo deberá ser devuelto a la sirena.
En el momento en que entra en escena una empresa urbanística que pretende construir varios edificios y hoteles de lujo en Amite con el propósito de atraer a turistas, todo se complicará, y más aún cuando un pequeño grupo de ciudadanos se oponga a la remodelación del pueblo. A partir de ahí el joven Yosuke deberá recuperar el huevo de sirena que ha sido robado por el director de la empresa constructora, y en una carrera contra el reloj deberá devolverlo a la sirena antes de que se expire el plazo que marcaba la leyenda.
Como ya hemos visto en varios autores japoneses como puedan ser Hayao Miyazaki o Jiro Taniguchi, Satoshi Kon también hace gala de esa sensibilidad especial y ese profundo respeto por la naturaleza que se ven reflejados en la defensa por parte del autor de la vida sencilla de un pueblo costero ante los embates del despiadado progreso y de su feroz e imparable maquinaria urbanística. Kon nos habla de todo ello, sin aleccionar, y sin dejar de lado ciertos toques de fantasía que hacen que la lectura de este Regreso al mar sea de lo más disfrutable.
Una oportunidad excepcional de redescubrir una obra que ha tardado demasiado en ser reeditada, y para aquellos lectores que no conozcan al Satoshi Kon mangaka, pero si sus películas, una gran oportunidad de descubrir su obra como mangaka en esta recomendable Regreso al mar, que hubiera sido una película formidable, sin duda, y que nada tiene que envidiar a sus posteriores trabajos en el campo de la animación en los que Kon brilló con gran intensidad.

Podéis comprar este libro en la web Comicalia.

13 mayo 2013

Mingote: Pequeño planeta


Mingote: Pequeño planeta

Antonio Mingote
Cartoné. 160 páginas. B/N. 18 €. Pepitas de calabaza


La modesta editorial riojana Pepitas de calabaza ha tenido el inmenso honor de rescatar del olvido Pequeño planeta, uno de los libros imprescindibles del recientemente fallecido Antonio Mingote.
Publicado durante los años cincuenta, y no reeditado hasta la fecha, esta nueva edición recoge los dibujos humorísticos que aparecieron  publicados en aquella primera edición, y como novedad presenta algunos dibujos inéditos que no había visto la luz hasta ahora.
Mingote, dibujante prolífico donde los haya, no paró de dibujar en ningún momento de su vida y tras colaborar en publicaciones satíricas como La Codorniz o Don José comenzó a publicar sus dibujos en el diario ABC con el que colaboró hasta su muerte el pasado 2012.
Los dibujos humorísticos publicados en este Pequeño planeta poseen una sensibilidad excepcional que, además buscar la sonrisa del lector, intenta buscar una respuesta emocional e intelectual por parte del lector. Mingote, como otros grandes humoristas gráficos como los geniales Sempé o Quino, además de entregarnos ese "chiste gráfico" diario que en muchas ocasiones tan difícil es crear para los humoristas, no se quedan en la mera anécdota o en el gag visual, y van mucho más allá buscando la reflexión del receptor en sus dibujos.
La mayoría de los dibujos recopilados en Pequeño planeta son mudos y entrarían dentro de esa categoría, pero también podemos encontrar una divertida serie de chistes realmente grandiosos, protagonizadas por hombres primitivos con escueto, pero efectivo diálogo.
Me gustaría destacar una serie de dibujos, en los que Mingote usaba imágenes extraídas de grabados antiguos, de las que partía para construir unos divertidas, y en ocasiones surrealistas, imágenes. Esta técnica, similar al collage, a mi personalmente me ha recordado a la que usaría años más tarde otro grande, el dibujante y director Terry Gilliam en sus disparatadas piezas de animación insertadas en los episodios de la mítica serie de televisión Monty Python Flying Circus.
Si sois amantes de la obra de Mingote, imagino que ya conoceréis el libro, para aquellos que no lo conocieran, solo me queda recomendarles esta delicia de libro, editada con mucho mimo por parte de Pepitas de calabaza, que cuenta, además, con un prólogo firmado por Rafael Azcona, y un magnífico texto introductorio de Antonigo Astorga, en el que nos relata una semblanza de Mingote.

Podéis comprar este libro en la web Comicalia.

06 mayo 2013

Stoker


El próximo viernes 10 de Mayo se estrena en los cines españoles Stoker, la última cinta rodada, hasta la fecha, por el director surcoreano Park Wan-Chook. Un director que llamó la atención de la crítica occidental con las películas que conforman la llamada "Trilogía de la venganza" (Sympathy for Mr. Vengeance, Sympathy for Lady Vengeance y sobre todo por su obra más aclamada, Old Boy, de la que está a punto de estrenarse un remake americano a cargo del director Spike Lee). Soy un cyborg y Thirst fueron sus últimas cintas rodadas en su país natal, antes de sucumbir a los cantos de sirena de Hollywood y filmar, avalado por la productora de los hermanos Ridley y el recientemente fallecido Tony Scott, Stoker, el debut de la que esperamos sea una larga y fructífera carrera en los Estados Unidos.
Para esta su primera aventura en Hollywood, Park Wan-Chook ha contado con un reparto de auténtico lujo, en el que encontramos a la joven actriz Mia Wasikowska (Alicia de Tim Burton), a la superestrella Nicole Kidman, que parece que ha dejado atrás sus escarceos con el botox y su rostro vuelve a recordarnos al de un ser humano, y por supuesto el tercer vértice de este triángulo está interpretado por el actor Matthew Goode (Watchmen).
Para aquellos que hayan visto el trailer de este film, y hayan relacionado el título con alguna especie de trama vampírica, lo sentimos por ellos, ya que puede que se sientan algo decepcionados con la película, ya que nada tiene que ver con las criaturas con las que ya tratara el director surcoreano en su anterior película Thirst.
Tras el fallecimiento de su padre (interpretado por Delmot Mulroney), la joven India Stoker (Wasikowska) y su madre Evelyn (Kidman) reciben la visita de su joven tío Charles (Goode). Ambas caerán rendidas ante los encantos y el misterio que rodea al hermano de su fallecido padre y marido.
De esta manera el complicado y retorcido triángulo entre los tres personajes está servido, y acarreará terribles y fatales consecuencias para todas aquellas personas que se acercan a dicho triángulo con intención de romperlo.
Siendo una película de personajes hay que destacar la labor de los tres actores protagonistas, así como la breve participación de Mulroney, que está francamente bien, y también a las dos actrices veteranas Phyllis Somerville y Jacki Weaver, ambas con breves pero sin embargo destacables actuaciones.
Con el guión firmado por Wentworth Miller, que se estrena como guionista, y al que los aficionados recordarán por la serie Prison Break en la que interpretó a Michael Scofield, Park Wan-Chook nos construye un trhiller terriblemente atractivo por su propuesta visual, pero al que poca chicha se le puede sacar con una historia que en ocasiones nos puede recordar a esos telefilmes que Antena 3 se empeña en emitir una y otra vez en las sobremesas de los fines de semana.
Es muy probable que en manos de otro director menos dotado para evocar poderosas imágenes como lo está el director surcoreano, esta película hubiera pasado por las carteleras sin pena ni gloria, por eso es de recibo destacar la labor del director de Old Boy que, con los mimbres con los que contaba, ha conseguido confeccionar un esmerado thriller psicológico repleto de bellas imágenes que permanecerán en la memoria del espectador muchos días después de abandonar la sala de cine.